Hace unos meses me volví a enganchar a la Nintendo Switch. Lo reconozco. En concreto a «The Legend of Zelda: Breath of the Wild«.
Ya había jugado hacía tiempo, pero nunca me acabé el juego.
Lo he retomado con ganas y eso me ha hecho reflexionar.
Me gustan las cosas difíciles. Me gusta explorar mundos y pensar estrategias para derrotar enemigos y conseguir tesoros.
Pero esta segunda vez, hice algo diferente antes de ponerme a jugar.
Dediqué un par de horas a leer foros y blog sobre el juego. Sí, soy un poco friki a veces, lo admito. Y, de tanto leer y leer, saqué algunas conclusiones. Y, lo más importante, saqué un método.
Este método me ayudó a entender mucho mejor los objetivos del juego y cuáles eran las mejores estrategias para conseguirlos. Esta metodología me hizo acercarme al juego por segunda vez con más tranquilidad y garantías de éxito.
La cosa es que esta forma de jugar la anoté en un papel, para tenerlo de referencia en caso de que llegase un más que probable caos durante la partida.
No tenía pensado usarlo para nada más que para pasarme «The Legend of Zelda Breath of the Wild».
Pero hace unas semanas, decidí probar el método en otro contexto. Lo utilicé para ayudar a uno de mis clientes, una empresa de desarrollo de software a mejorar sus procesos de ventas.
Y, curiosamente, la cosa funcionó. El CEO de la empresa me llamó el otro día para comentarme como su equipo comercial estaba agendando más reuniones con clientes potenciales.
Si tú también quieres mejorar los resultados comerciales de tu empresa tienes dos opciones: o te compras la Nintendo Switch o contactas conmigo y te explico mi método.